Sirvan estas líneas para  brindar un justo y merecido reconocimiento a nuestros compañeros de siempre, Juan José JORDÁN De Vivero y Raúl RIBOTY Villalpando,  quienes cumpliendo una misión encomendada por la Marina de Guerra del Perú ofrendaron sus vidas, dejándonos un grato recuerdo como compañeros y amigos,  siendo actualmente ejemplo de valor y responsabilidad para las nuevas generaciones de Oficiales.

Durante su permanencia en el  servicio, tanto Juanjo como Raúl, mostraron en todo momento su generosa entrega al Instituto, empleando de la mejor manera sus conocimientos y atributos igualmente con Superiores y Subalternos,  cumpliendo con temple y patriotismo las importantes tareas que les fueron confiadas, demostrando de esta manera una sólida disciplina,  eficiencia profesional y respeto para con sus Superiores, así como comprensión y benevolencia hacia sus Subalternos, hechos que fueron comprobados por todos los integrantes de la promoción y en especial por los compañeros que junto a ellos, integramos con mucho orgullo y sacrificio el Batallón Ligero de Combate N °2.

Recordemos que tanto Juanjo como Raúl mantuvieron siempre una conducta muy  austera, mostrando sobriedad en los actos relacionados con el servicio al Instituto, pero a la vez fueron dúctiles y afectuosos en su vida familiar, deseando siempre el bien de la Patria, de su  Institución y de su Familia,  lo que rememoramos  con gratitud y reconocimiento.

Integrantes de la Promoción Escuela Naval 1988, la misma que con orgullo  lleva el nombre de nuestros queridos compañeros, que estas breves líneas nos sirvan en primer orden para recordar la memoria de Juanjo y Raúl,  elevando una oración en nombre de ellos, también que nos sirva para reflexionar sobre nuestras vidas, nuestras familias, el futuro dentro y fuera del Instituto, el bien por hacer, el trabajo en equipo, en los valores humanos y cristianos que todos deberíamos de considerar, por que la vida  como llega se va, y Juanjo y Raúl solo se nos han adelantado.

¡DESCANSEN  EN PAZ!